
Figura 1. Representación del proceso de carga (izquierda) y descarga (derecha) para una BML.
Recientemente, la escasez, el elevado costo de materiales y la contaminación del medio ambiente (ocasionado tanto por el desecho de las baterías, como por las minas a cielo abierto de donde se extraen los materiales de fabricación), ha motivado la búsqueda y desarrollo de nuevas tecnologías para almacenar energía eléctrica de forma más eficiente y barata. En 2012 un grupo de investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts reportó el desarrollo de una batería de metal líquido (BML), compuesta por Antimonio (Sb) depositado en el fondo de un contenedor cilíndrico, un electrolito de sal fundida, y Magnesio (Mg) depositado en la parte superior. Las tres capas estratificadas por diferencia de densidad; es decir, el más denso al fondo y el más ligero en la parte superior; algo similar a lo que ocurre al depositar agua y aceite en un vaso de vidrio, el aceite se queda en el fondo y el agua en la parte superior. En comparación con las baterías de ion-Litio, las BML ofrecen una mayor densidad de energía, es decir, es posible almacenar mayor energía en un mismo volumen; soportan un mayor número de ciclos de carga/descarga (número mayor de veces que puede ser cargada) y al estar en estado líquido, sus componentes se auto ensamblan; es decir, no se requiere conectores externos para mantener en contacto ánodo, cátodo y electrolito y se degradan menos con el uso. Adicionalmente, existen las baterías de flujo (BF) compuestas básicamente de dos tanques que contienen electrolitos a base de Vanadio (V) o Zinc-Bromuro, tienen similares ventajas que las BML y además son fácilmente escalables. Es importante señalar, que tanto las BML como las BF, al estar compuestas de compuestos en estado líquido presentan un menor calentamiento al ser usadas (sabemos cómo se calienta el celular o la laptop después de un uso prolongado). Sin embargo, no pueden ser agitadas ya que las capas liquidas pudieran mezclarse y causar un corto circuito, dañando las baterías. Por lo anterior su uso en dispositivos móviles es limitado; sin embargo, son ideales para aplicaciones estacionarias, por ejemplo, para el almacenamiento en casa de energía eléctrica proveniente de fuentes renovables (eólica y/o fotovoltaica entre otras). Después de todo y al final del día, siempre requerimos conectar nuestros dispositivos a un contacto de corriente eléctrica. Sin lugar a duda, las nuevas tecnologías de almacenamiento de energía eléctrica resuelven en problema de intermitencia de las fuentes de energía; es decir podemos usar la energía almacenada cuando no se tenga radiación solar y/o viento suficiente para la generación de energía por parte de celdas solares y/o aerogeneradores, respectivamente.
Figura 2. Estudio del flujo de fluidos en configuraciones relacionadas a las BML en la Unidad Morelia del IIM-UNAM.