...que se pueden utilizar desechos humanos para plantar árboles y cultivar plantas?

Por Pablo Jaramillo Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental

Efectivamente es cierto y, usarlos adecuadamente puede resultar en una alternativa viable al problema ambiental de disposición de desechos. Desde que los humanos domesticaron las plantas y empezaron a ser agricultores, han buscado formas para que el suelo sea más productivo. Esta búsqueda nos ha llevado a aplicar diferentes materiales al suelo con la finalidad de mantener y recuperar su fertilidad.

Desde tiempos remotos hemos utilizado nuestros desechos orgánicos como mejoradores de suelo. Inclusive en ciertas culturas, la práctica era tan conocida que había personas que se dedicaban a extraer y comercializar estos desechos. En ciertos casos, se pensaba que los desechos que provenían de la gente rica tenían mayor valor por la fina alimentación que estas personas tenían. Esto es una muestra de que la implementación de esta práctica era muy común y además era una manera de mantener la fertilidad del suelo y de reducir la cantidad de residuos que se desechaban en los ríos.

La práctica de usar desechos humanos en la agricultura poco a poco fue perdiendo vigencia debido al desarrollo tecnológico de fertilizantes químicos durante la muy conocida “Revolución Verde”. Esta revolución, que empezó en la década de los 50, promovió una carrera tecnológica para que los cultivos rindieran cada vez más en función de grandes cantidades de fertilizantes y aplicación de plaguicidas. Como resultado de esta innovación tecnológica se incrementaron las cosechas y supuestamente con eso se cubrieron las necesidades alimentarias de la humanidad. Sin embargo, no se ha logrado cubrir la creciente demanda alimentaria, y el costo ambiental de estas prácticas se ha incrementado considerablemente afectando directamente a los ecosistemas naturales.

Como resultado de una política alimentaria consumista, se ha reducido la variabilidad genética de los cultivos y se ha incrementado su dependencia de insumos químicos. La ingeniería genética ha desarrollado técnicas para introducir genes de otros organismos en nuestras especies de cultivo haciéndolas resistentes a herbicidas que eliminan las demás malezas con las que compiten. El desarrollo de monocultivos que ocupan cientos de miles de hectáreas los convierte en un paraíso para cualquier plaga o enfermedad y debido a esto, necesitamos aplicar cada vez más insumos químicos para poder mantener o incrementar su rendimiento.

Es buen momento de frenar esta dependencia exclusiva de los insumos químicos y volver a pensar en las tecnologías ancestrales que pueden ser adaptadas a un mundo moderno. Como antecedente cabe mencionar que hay muchas investigaciones a nivel mundial que respaldan el uso de estos desechos para la recuperación de suelos y producción agrícola (Frank, 1998; Jaramillo et al., 2011; Navas et al., 1999).

Los biosólidos (nombre técnico que se le da a los desechos humanos descompuestos) son producto de la descomposición de los residuos humanos que provienen del sistema de alcantarillado y que han pasado por un proceso de descomposición y estabilización con el fin de mejorar su estructura y además reducir las poblaciones de microorganismos perjudiciales. No todos los biosólidos son iguales y sus características dependerán de su origen y su procesamiento. Los biosólidos que provienen de lugares donde hay mucha industria, tendrán altas concentraciones de metales pesados y su manejo deberá ser más controlado. Por el contrario, aquellos biosólidos que provienen de sitios urbanos y rurales sin afluentes industriales tendrán características similares a los de cualquier otro estiércol animal y podrán ser utilizados con menos restricciones.

Hay que tomar en cuenta ciertas consideraciones basadas en los análisis de laboratorio con el fin de dar un uso “inteligente” a estos subproductos. Una vez que se realizan estos análisis, se conocen las concentraciones de los elementos constitutivos para luego poder determinar la dosis adecuada de aplicación. Para calcular la dosis adecuada se deberán considerar las normas nacionales e internacionales para la aplicación de estos subproductos al suelo cuidando que ninguna de las concentraciones sobrepase dichas normas. Una vez que se determina la dosis adecuada, se lleva el material al predio y se le incorpora directamente al suelo.

Actualmente estamos realizando experimentos en los bosques de la Reserva de la Biósfera Mariposa Monarca para evaluar la aplicabilidad de estos desechos como mejoradores de suelo en procesos de reforestación. Hemos obtenido biosólidos de letrinas secas locales y los hemos incorporado al suelo para luego plantar pinos locales. Nuestros experimentos incluyen varios tratamientos con el fin de comparar el desarrollo de las plántulas que recibieron biosólidos con las que fueron plantadas directamente en el suelo. Adicionalmente, comparamos dos fuentes de plántulas para determinar si es que las que han sido producidas localmente se comportan mejor que las que provienen de viveros comerciales foráneos. Consideramos que la aplicación de biosólidos puede ser una alternativa viable para recuperar la fertilidad de los suelos y además lograr que se reduzca la cantidad de desechos que van a contaminar las fuentes de agua.