que los suelos nos ayudan a entender la historia del planeta? Por: Berenice Solis Castillo Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental      

Los suelos, sobre todo aquellos que se desarrollaron hace millones de años, conocidos también como paleosuelos o suelos fósiles, nos permiten comprender los escenarios drásticos y cambiantes que experimentó nuestro planeta en el pasado y que fueron provocados por condiciones climáticas extremas mucho tiempo antes de que los continentes existieran como los conocemos ahora.

Para referirnos al suelo, primero debemos explicar que éste se forma por la interacción del clima, la flora y fauna, las rocas y el relieve, a lo largo del tiempo. Indagar sobre cómo era el paisaje y los ecosistemas hace millones de años, a partir del estudio de los suelos fósiles, nos ha llevado al hallazgo de numerosas pistas que nos permiten echar a volar nuestra imaginación y así establecer los escenarios ambientales de la tierra en el pasado.

Los suelos antiguos o fósiles son un registro histórico de la vida sobre la tierra, los más antiguos se formaron en el Precámbrico, cuando el oxígeno y la vida en nuestro planeta apenas estaban presentes. Ahora bien, cabe preguntarse ¿resulta posible que bajo esas condiciones climáticas y ambientales se haya formado un suelo?  Podemos decir que si, ya que las evidencias históricas que se han impreso en la memoria de la tierra nos permiten entender su pasado.

¿Cómo era el ambiente de la Tierra hace 3500 millones de años? Comúnmente, la literatura nos muestra un panorama dramático con gran actividad volcánica, una atmósfera tóxica y sin la posibilidad de encontrar vida bajo condiciones tan extremas; sin embargo, los suelos fósiles nos ofrecen evidencias de escenarios ambientales distintos. En este tiempo, se formaron suelos incipientes enriquecidos con óxido de hierro, lo que nos hace preguntarnos, ¿por qué óxido de hierro, si el oxígeno era un componente menor de la atmósfera? La respuesta se encuentra en la vida microbiana del suelo, ya que estos organismos durante su actividad metabólica facilitan las reacciones de óxido-reducción del hierro, teniendo así las primeras evidencias de los complejos órgano-minerales. En otros suelos se reconocen complejos formados entre las arcillas y la materia orgánica producto nuevamente de la actividad microbiana.

Los suelos fósiles, hasta el momento, nos han mostrado que el desarrollo de suelo bajo estas condiciones extremas se vincula con las primeras formas de vida, pero ¿qué información nos da sobre las características geográficas del paisaje?, ¿existen evidencias en ellos que nos hablen del ambiente? En el Precámbrico se presentan constantes modificaciones geológicas que crean los primeros paisajes terrestres formando una amplia diversidad de ambientes que se reflejan en la memoria de los suelos fósiles, suelos arcillosos pobremente drenados de coloraciones verdosas en zonas fluviales localizadas en Canadá; suelos incipientes color ocre sobre antiguos mares y lagunas registrados en Australia, Francia, Canadá y Sudáfrica, y suelos oxidados de colores rojizos que se han asociado paleopaisajes montañosos como se observa en las secuencias en la India, Canadá y Estados Unidos.

En México, también hay paleosuelos, aunque esto resulte extraño. Sin embargo, el registro geológico ofrece algunas evidencias. Por ejemplo, en Sonora, Tamaulipas y Puebla, algunas rocas paleozoicas contienen fósiles de plantas terrestres, por lo que suponemos que dichas rocas son en realidad paleosuelos. En el Cretácico también tenemos presencia de paleosuelos, asociados a los dinosaurios hallados en Coahuila. Los estudios muestran que los suelos con colores grises, que sugieren condiciones de saturación de agua, tipo “charcos” cerca de las márgenes de los ríos, además de suelos rojizos, oxidados, que se relacionan con ambientes tropicales, estos suelos, están siendo estudiados con el Instituto Smithsoniano y el Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental. Sin embargo, la investigación más detallada de los paleosuelos mexicanos, se ha llevado a cabo en el Instituto de Geología de la UNAM, con objetos de edad mucho más joven que la “Era de los Dinosaurios”. Los paleosuelos se han formado en el último millón de años, que a pesar de ser mucho tiempo, solo representa un instante en la historia geológica de la Tierra. Los estudios hechos por este grupo han documentado el cambio climático del Cuaternario, escenario de las fantásticas glaciaciones. Asimismo, las investigaciones muestran la relación entre hombre y ambiente, relacionado con las grandes civilizaciones maya, azteca, teotihuacana, etc.

No obstante, podríamos pensar que los datos presentados son una reseña poco común e interesante; pero, ¿por qué son importantes las evidencias ambientales preservadas en la memoria de los suelos del pasado? El estudio de tales evidencias en los suelos fósiles, ha permitido conocer datos tan importantes como los cambios en la composición de la atmósfera, las primeras evidencias de vida sobre la superficie terrestre, el crecimiento de bosques y pastizales primitivos, etc.

Los suelos fósiles conforman un archivo de la historia del planeta Tierra; debido a esto, la ciencia del suelo, especialmente la paleopedología ha adquirido gran relevancia en los últimos años, es por esto que actualmente se hacen investigaciones sobre suelos antiguos en todo el planeta y cada año se reúnen los especialistas en el área para compartir sus avances en las investigaciones, por lo que la Organización de las Nacionales Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)  ha dedicado este año como el año internacional del suelo para difundir los retos actuales de la ciencia del suelo y su importancia http://www.fao.org/soils-2015/about/es/.