que las computadoras son más inteligentes1 que los seres humanos? Por: Dra. Marisol Flores Garrido y Dr. Daniele Colosi Escuela Nacional de Estudios Superiores, Unidad Morelia         Se podría responder ingenuamente a esta pregunta con una negativa, argumentando, entre otras cosas, que son las personas quienes programan las computadoras para que éstas realicen ciertas tareas, mientras que las computadoras no pueden hacer algo original. Ni el argumento ni la pregunta son nuevos. En 1950 Alan Turing publicó un célebre artículo, Computing Machinery and Intelligence , explorando la (entonces nueva) pregunta y reflexionando en cada posible objeción a la posibilidad de una máquina inteligente incluyendo el argumento de la falta de creatividad. En los siguientes 60 años la comunidad científica tuvo ánimo zigzagueante, con períodos de optimismo y avances, y períodos de estancamiento y escepticismo respecto a lo que podría lograrse con una computadora en términos de inteligencia. Sin embargo, en los últimos años hemos atestiguado un desarrollo excepcional de la Inteligencia Artificial, la disciplina que busca reproducir los procesos mentales a través del uso de computadoras. Sorprendentemente, algunas actividades consideradas por siglos como exclusivas de la inteligencia y creatividad humanas pueden hoy ser realizadas por las computadoras. A la luz de estos avances ¿podemos llamarlas inteligentes? Para responder a ésta pregunta y a la que nos concierne en esta sección del boletín, consideremos tres ejemplos de logros de las máquinas ocurridos este año y que recibieron considerable atención mediática. El pasado 3 de mayo de 2016, tres investigadores de la Universidad de Texas presentaron una solución a un problema matemático basada en el uso de la computadora. El enunciado del problema es simple: ¿es posible dividir el conjunto de los número naturales {1,2,3,…} en dos conjuntos de manera que ningún conjunto contenga tríos pitagóricos, es decir tríos de números (a,b,c) que satisfacen la ecuación a 2 + b2 = c2? La demostración de la imposibilidad de esta partición ( los detalles pueden verse en el artículo que ya se encuentra publicado electrónicamente ) se basa en herramientas algorítmicas sofisticadas implementadas gracias a un cluster de 800 procesadores. El tiempo necesario para obtener la demostración fue de 35000 horas y el espacio ocupado por la prueba formal es de ¡200 terabytes! Para darnos una mejor idea de cuánto espacio es esto, considera que 1 solo terabyte es suficiente para almacenar, aproximadamente, 337920 copias de La guerra y la paz , la célebre novela de Tolstoi que es una de las más largas escritas. Claramente ningún ser humano hubiera podido obtener la misma demostración; más aún, la simple lectura de la prueba proporcionada por las computadoras rebasa las capacidades humanas. Las demostraciones matemáticas representan uno de los logros que nos enorgullece como especie; que una computadora haya sido necesaria para esta demostración aguijonea nuestra vanidad. Además, el asombroso tamaño de la demostración hace evidente la desventaja que tenemos contra las máquinas cuando se trata de recursos rapidez de cálculo y memoria. Por otro lado, en este caso la computadora se utilizó como herramienta para revisar de modo eficiente casos posibles en la demostración y no para generar algo original en sí; los siguientes ejemplos, sin embargo, son diferentes. En abril de 2016 observamos un ejemplo espectacular de las posibilidades computacionales en la realización de lo que se ha definido “el siguiente Rembrandt”. Se trata de una pintura creada por una impresora 3D “guiada” por una computadora. Para producir esta obra ( puede verse aquí ), un equipo de científicos de datos, historiadores del arte, ingenieros y programadores analizaron más de 300 pinturas del gran artista holandés, utilizando algoritmos de minería de datos y aprendizaje automático para (1) descubrir patrones en el trabajo de Rembrandt (por ejemplo, la forma típica de los ojos en sus retratos) y (2) producir una nueva pintura que siguiera esos patrones. Para limitar los resultados, los investigadores le especificaron a la computadora que quería un retrato de un hombre caucásico entre 30 y 40 años. Finalmente, imprimieron el resultado que consta de más 148 millones de pixeles utilizando varias capas de óleo para que se viera más realista. Un cuadro nuevo hecho por una computadora. En el tercer ejemplo vemos que también en los juegos las computadoras desafían de manera sorprendente las habilidades humanas. El 9 de marzo de 2016, AlphaGo , el programa de inteligencia artificial desarrollado por el programa DeepMind de Google, le ganó a Lee Sedol, el campeón mundial de Go. ¿Por qué fue noticia si hace años que las computadoras ganan en, por ejemplo, scrabble, ajedrez, jeopardy ? El Go es mucho más complicado porque hay muchísimos movimientos posibles. Para tener una idea, después de los dos primeros movimientos en ajedrez, existen 400 posibles jugadas; en Go existen 130000. El número de posibles configuraciones del tablero de Go se estima en  208,168,199,381,979,984,699,478,633,344,862,770,286,522,453,884,530,548,425,639,456,820,927,419,612,738,015,378,525,648,451,698,519,643,907,259, 916,015,628,128,546,089,888,314,427, 129,715,319,317,557,736,620,397,247,064,840,935. diferencia del ajedrez, un algoritmo de búsqueda no bastaba para ganar y se recurrió al uso de técnicas más sofisticadas, como las redes neuronales. El grupo Deep Mind, a quien puede atribuirse el triunfo, trabaja en el desarrollo de computadoras que imiten el cerebro humano. De modo que, ¿es cierto que las computadoras son más inteligentes que los seres humanos? No, de momento parece que todavía no. Pero claramente ya no son sólo herramientas para hacer cálculos y, considerando que la producción de conocimiento y tecnología se acelera, ya no es de locos pensar que dentro de pocos años la respuesta podría ser diferente.   _____________________________________ 1 Según la Real Academia Española la inteligencia es el conjunto de facultades que permiten comprender, resolver problemas, realizar razonamientos lógicos, etc.