¿Es cierto ...

que las ciudades están desapareciendo al campo por su crecimiento?

Dependencia: Instituto de Investigaciones en Geografía Ambiental. UNAM.

Autor: Luzorquídea Castro Sánchez

La frontera agrícola se desplaza con el crecimiento urbano hacia valiosos ecosistemas y, al mismo tiempo, el campo como lo conocemos se está transformando junto con las ciudades.

Podría pensarse que con la expansión urbana el campo es absorbido por las ciudades, pero lo que sucede en muchos casos es que la frontera agrícola se recorre hacia los ecosistemas naturales más cercanos y éstos a su vez, se repliegan hacia zonas cada vez más restringidas. De esta forma, se termina responsabilizando a las actividades agropecuarias como principales causantes de la pérdida de bosques y selvas en lugar de atender al crecimiento desorganizado de las ciudades sobre las tierras de sus alrededores. Además, fenómenos globales como la industrialización, el uso extendido del automóvil, la apertura de fronteras comerciales, el desarrollo de tecnologías de comunicaciones, movimientos migratorios, entre otros, dan lugar a procesos como la “urbanización difusa” causante del crecimiento urbano mencionado y por otro, a la “nueva ruralidad” en América Latina o la “multifuncionalidad de la tierra” en Europa, que refieren a la reconfiguración del campo en los últimos años, lo que es diferente a decir que este esté desapareciendo. 

Pensar que el campo desaparezca es casi como pensar que las ciudades también lo harán, dado que son interdependientes, los urbanitas necesitamos de lo que producen los campesinos y ellos de los servicios de las ciudades. Lo que sí está pasando, además de la desaparición de los ecosistemas, es que lo que entendíamos como campo y ciudad se está transformando, al tiempo que surgen nuevos medios y estilos de vida. Era común que nos enseñaran que campo y ciudad eran conceptos opuestos, pero actualmente esto ya no es del todo cierto. Si tienes más de treinta años te acordarás que era muy sencillo distinguir dónde terminaba la ciudad y empezaba el campo y no existían tantas zonas de transición como ahora. Pero si eres más joven, te parece completamente normal ver un paisaje mezclado entre fraccionamientos, fábricas, asentamientos irregulares, algún pueblo y campos de cultivos en lo que vas llegando a la "ciudad". Sin embargo, si el campo es lo contrario a la ciudad, ¿qué es esta mezcla de paisajes? Algunos la llaman la zona periurbana, cuando un paisaje parecido está cerca de la ciudad como la conocemos y cuando está más lejos se le puede conocer cómo zona rururbana, esto dicho a muy grandes rasgos. Ambos términos hablan de un escenario que no es precisamente campo o ciudad, sino algo a mitad de camino. 

Era frecuente asociar que la migración del campo a las ciudades permitía “mejorar” la calidad de vida de las personas, no obstante, las dinámicas actuales como el uso del automóvil, las cada vez menores distancias entre el espacio rural y el urbano o la vida social y laboral a través de medios digitales, permiten llevar estilos de vida urbanos al campo con la ganancia de habitar en un ambiente más sano. Estas son algunas razones de los cambios que hoy observamos. El campo como lo conocemos sí está desapareciendo y en su lugar vemos un campo urbanizado en donde se entremezclan estilos de vida semiurbanos y rurales. Por otro lado, el “campo” se encuentra cada vez más presente dentro de la ciudad, pues cobran importancia usos de suelo considerados rurales, como la agricultura y la ganadería, lo que da lugar a la agricultura urbana y periurbana, al interior de casas, en azoteas o muros verdes, en espacios baldíos, en los suburbios o periferias urbanas, según sea el caso. De esta forma, el campo y la ciudad ahora se entremezclan dando lugar a mosaicos muy diversos, donde también existen espacios en los que lo rural compite ferozmente con lo urbano y así evita ser desplazado o transformado. 

Nos ha tocado vivir en un momento en que las cosas están dejando tener límites claros y definidos para volverse fronteras difusas, lo que implica a su vez, nuevos retos y oportunidades a la hora de pensar la manera en que habitamos nuestros territorios y coexistimos con los ecosistemas. 

Para saber más

Ávila, H. (2009). Periurbanización y espacios rurales en la periferia de las ciudades. Estudios agrarios(41), 93-124.

Entrena, F. (2006). Difusión urbana y cambio social en territorios reurales. Un estudio de caso en la Provincia de Granada. Revista de Estudios Regionales(No. 77), 179-203.

Martínez Rivera, S. E., & Monroy-Ortiz, R. (2010). La expansión urbana sobre el campo mexicano.La otra cara de la crisis agrícola. Estudios Agrarios, Vol. 43, 29-46.

Pérez, E. (2001). ¿Una nueva ruralidad en América Latina? En E. Pérez, Hacia una nueva visión de lo rural. (págs. 17-29). Buenos Aires: CLACSO.

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