... que hay más microorganismos en la esponja para lavar trastes de la cocina que en el baño?   Por: Leonor Solís Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad     En las ciudades del mundo la mayoría de las personas pasan su tiempo en el interior de casas o edificios. Es por esta razón que, dentro de los ambientes laborales y domésticos, tanto la cocina como el baño se consideran auténticas incubadoras de microbios por tener ambientes húmedos que facilitan su supervivencia y reproducción. Sin embargo, a pesar de lo que la mayoría de las personas puede llegar a pensar, para responder a nuestra pregunta, la esponja para lavar los trastes efectivamente alberga más microrganismos que el baño. Las superficies de los baños, incluso la del escusado suele ser lisa y por lo general cuidamos su limpieza. La cocina en cambio tiene un elemento que suele resultar uno de los mayores reservorios de microbios de toda la casa: la esponja para lavar trastes. Las esponjas albergan una gran cantidad de bacterias como pueden ser la Salmonella o la Escherichia coli. Existen personas que tienen mucho cuidado al limpiar la esponja y la pueden llegar a hervir en agua caliente para mantenerla higiénica. Sin embargo, se ha comprobado que esta práctica no es muy efectiva, solo llega a reducir hasta el 60 por ciento de los microorganismos que puede contener. Sin embargo, la esponja sí es efectiva como almacén y distribuidor de microorganismos, ya que los disemina por las superficies de la cocina. Por ello son consideradas una de las principales causas de brotes de enfermedades transmitidas por alimentos. Hasta ahora las investigaciones al respecto se habían realizado gracias al cultivo de bacterias presentes en las esponjas. Estas técnicas, sin embargo, tienen la desventaja de que pueden representar sólo una pequeña proporción de todos los microorganismos presentes en una muestra. Es por esta razón que recientemente un grupo de investigadores alemanes utilizaron técnicas de biología molecular que permiten obtener las secuencias genéticas de distintas especies de organismos, que se encuentran en distintos elementos de la naturaleza como puede ser el agua de los ríos, donde podemos encontrar micro pedazos de organismos como un pelo, una escama, una rama, una hoja y, a partir de estos restos, se puede obtener toda la secuencia genética de la especie a la que pertenecen, determinarla y de esta manera conocer indirectamente todas las especies ubicadas en un sitio Fue así como se obtuvo el ácido desoxirribonucleico (ADN) completo de 14 esponjas de cocina, algunas de ellas de personas que suelen lavarlas con agua hirviendo o en microondas. Esta investigación tuvo como resultado que las esponjas nuevas no contenían bacterias y las usadas estaban colonizadas por 118 géneros bacterianos: Pseudomonas (68,5%), seguido del grupo Bacteroidetes (26,3%) y Actinobacteria (3,7%). La mayoría de estos microorganismos no suponen gran peligro o son consideradas bacterias "ambientales" no patógenas. La bacteria más abundante es la especie Moraxella osloensis, que se ha detectado previamente en fregaderos, puertas del refrigerador y hornos, el tipo de superficies que limpiamos con las esponjas. Estas bacterias también se encuentran en la microbiota de la piel humana, así que a través de nuestras manos puede llegar la Moraxella a las esponjas. Se considera que es esta la bacteria responsable del olor a humedad en la ropa o al mal olor de las esponjas. La investigación además utilizó una técnica fluorescente de microscopía para analizar la distribución de las bacterias y determinar su densidad. Lo que encontraron es que la colonización ocurre en la superfice de las esponja que forma una capa en la superficie con bacterias con crecimiento activo y una prescencia aproximada de 10 mil millones de bacterias por centímetro cúbico. Este número no disminuyó en las esponjas limpias. Obviamente el microbioma de las esponjas de cocina se ve influenciado por el origen geográfico y cultural de sus dueños, su alimentación, estilo de vida y limpieza, así como la temperatura y humedad del lugar en donde viven. Todo ello no evita que las esponjas sean un lugar ideal para acumular, incubar y extender bacterias por la cocina. Estan en contacto con nuestras manos, nuestros alimentos y nuesta vajilla. La conclusión más importante es que las esponjas de cocina contienen una gran cantidad de bacterias, mucho mayor de lo que antes se pensaba. Pero de poco sirve estar limpiando la esponja, porque no reduce la cantidad de bacterias que contiene, lo mejor es cambiarla con frecuencia.    

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