...que el Cambio Climático es provocado por la actividad humana?
Por Ana Claudia Nepote
La intensa y acelerada actividad humana – en particular, el uso de combustibles fósiles– ha provocado un cambio considerable en el funcionamiento del sistema que regula la temperatura en nuestro planeta. Gracias a un fenómeno que se conoce como “efecto invernadero” es posible que exista vida en la Tierra. Una serie de gases que se encuentran en la atmósfera regulan constantemente el calor que nuestro planeta refleja, y así se mantiene la temperatura media global en más de 15ºC. Sin embargo, las altas concentraciones de cualquiera de estos gases, puede tener un efecto importante en la regulación del clima terrestre.
Durante el siglo XX, científicos hicieron observaciones del clima en la Tierra y notaron que la temperatura se incrementaba a un ritmo sin precedentes. La temperatura superficial promedio aumentó aproximadamente 0.6ºC. La delgada capa de nieve de los casquetes polares (conocida como “permafrost” en inglés) y la superficie de grandes áreas de hielo disminuyó, el nivel del mar aumentó de 10 a 20 cm, también se observaron cambios en la intensidad de lluvias y sequías en diversas regiones del mundo.
Algunas teorías controversiales surgieron para explicar las causas de este calentamiento. Una de ellas era que el cambio climático es un fenómeno natural, entendiendo que los cambios de posición de la Tierra y de intensidad de los rayos solares hacen que el clima de nuestro planeta varíe lenta pero constantemente. No obstante, la intensa actividad humana en los dos últimos siglos provocaron un aceleramiento en el aumento de temperatura y esto llamó la atención de los expertos a nivel mundial.
En la década de 1840 se descubrieron los ciclos de manchas solares, algunos científicos propusieron que la variabilidad solar podría afectar al clima en la Tierra, pero la prueba directa de esa relación y el entendimiento de su mecanismo no han quedado claros. Al inicio del presente siglo, se realizó una reunión de las dos Euroconferencias sobre Clima Solar y del Espacio (SOLSPA, por sus siglas en inglés). Los participantes a esta reunión cuestionaron hasta qué punto el incremento en la temperatura terrestre se podía atribuir a la actividad solar. Ellos afirmaron que “para evaluar la importancia de la actividad solar en el acelerado calentamiento global de la Tierra, especialmente en los últimos treinta años, deben estudiarse además, otros factores como: el aumento de la actividad magnética del Sol, la emisión de gases de efecto invernadero y aerosoles a la atmósfera terrestre”.
Volviendo a los gases antes mencionados, de todos los que componen la atmósfera, el dióxido de carbono (CO2) contribuye más al calentamiento del planeta. Pero este gas también es necesario para que exista la vida en la Tierra. El CO2 es liberado a la atmósfera cuando los organismos muertos se descomponen y los volcanes hacen erupción. Después, el CO2 es absorbido por las plantas que lo necesitan para crecer, y por los microorganismos que habitan en los océanos, que lo usan para nutrir la cadena trófica marina. Los humanos y otros animales comemos plantas y exhalamos dióxido de carbono al respirar. Sin embargo, desde la revolución industrial, las concentraciones de CO2 en la Tierra han aumentado con el invento y uso de los autos, las fábricas, las plantas de energía eléctrica, los aviones y todas los máquinas que requieren petróleo para funcionar.
En 1988, la Organización Meteorológica Mundial y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, crearon el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) en respuesta a una alerta sobre los cambios en el clima que estaban sucediendo en diversos países. Desde entonces, la función del IPCC consiste en analizar de forma exhaustiva, objetiva, abierta y transparente, la información científica, técnica y socioeconómica relevante para entender los elementos científicos del riesgo que supone el cambio climático provocado por las actividades humanas, sus posibles repercusiones y las posibilidades de adaptación y atenuación del mismo. Al mismo tiempo, el IPCC elabora informes especiales y documentos técnicos y respalda la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (http://unfccc.int/2860.php).
El más reciente informe que publicó el IPCC en 2007 (http://www.ipcc.ch/pdf/assessment-report/ar4/syr/ar4_syr_sp.pdf) reconoce que “el calentamiento del sistema climático es inequívoco, como evidencian ya los aumentos observados del promedio mundial de la temperatura del aire y del océano, el deshielo generalizado de nieves y hielos, y el aumento del promedio mundial del nivel del mar”.
El documento también menciona que “numerosos sistemas naturales están siendo afectados por cambios del clima regional, particularmente por un aumento de la temperatura” y menciona las consecuencias que estos cambios podrían tener en algunas regiones del mundo. Para el caso de América Latina por ejemplo, la vegetación semiárida sería sustituida por vegetación de tierras áridas, podrían experimentarse pérdidas de diversidad biológica importantes con la extinción de especies en muchas áreas tropicales, la productividad de algunos cultivos importantes disminuiría y con ella, la productividad pecuaria. Los cambios en las pautas de lluvia y la desaparición de los glaciares afectarían notablemente la disponibilidad de agua para consumo humano, agrícola e hidroeléctrico. Los esfuerzos de la comunidad científica mundial para realizar este informe fueron reconocidos en 2007 con el Premio Nóbel de la Paz otorgado al Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático.
México ocupa el catorceavo lugar entre los mayores emisores de gases de efecto invernadero en el mundo, por lo que nuestro país debe tener un papel protagónico tanto en las negociaciones internacionales como en acciones concretas a nivel local. Y Usted querido lector ¿qué está haciendo para mitigar el cambio climático?