que los árboles tienen una estrecha relación con las formas del relieve? Manuel E. Mendoza, Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental, Universidad Nacional Autónoma de México Teodoro Carlón Allende, CONACYT- Instituto de Geofísica, Unidad Morelia, Universidad Nacional Autónoma de México     Las formas del relieve se refieren a las irregularidades de la superficie de la Tierra como montañas, valles, abanico aluvial, escarpe o cono de detritus. Los estudios sobre el origen, edad, desarrollo y distribución de las formas de relieve, así como de los procesos (inundaciones, caída de rocas, deslizamientos) que actualmente las afectan es campo de estudio de la Geomorfología. La Geomorfología es una ciencia joven, de principios de siglo pasado y tiene sus raíces en la Geología y la Geografía, por lo que el estudio de las formas de terreno es en esencia multidisciplinario; es decir, el estudio de las formas de relieve requiere incorporar conocimientos y modelos provenientes de la sedimentología, estratigrafía, geología estructural, mineralogía, climatología, meteorología, y edafología, entre otras. Los árboles son objeto de estudio de la Biología, específicamente de la Botánica, una ciencia más antigua, pues desde la época de los griegos se escribió el primer libro que trató en forma sistemática una clasificación de las plantas. Esta ciencia tiene que ver con la descripción, clasificación, distribución, identificación, el estudio de su reproducción, fisiología, morfología de las plantas, es decir, de las hierbas, arbustos y árboles. Una de las primeras relaciones que es posible hacer entre las formas de relieve y las plantas, específicamente los árboles, es que cuando uno observa el paisaje puede identificar que los árboles y la vegetación original predomina en las laderas de las montañas, mientras que al pie de las mismas la vegetación original (hierbas, arbustos o árboles) está fuertemente transformada o quizá completamente eliminada por las actividades humanas, por ejemplo, la agricultura, pastoreo y forestaría. Los árboles, especialmente los de bosques templados como los pinos, abetos, y encinos, desarrollan anillos de crecimiento anual, es decir, cada anillo corresponde a un año de vida de los árboles. La datación, identificación de la edad, y ancho de los anillos de los árboles son estudiados por una disciplina llamada dendrocronología. En el primer párrafo indicamos que la Geomorfología tiene como objetivo el estudio de la edad de las formas de relieve, así como de los procesos que sucedieron en el pasado. Este vínculo fue reconocido en la década de los años sesenta del siglo pasado y fue formalizado a través de un texto de 1971 escrito por un geógrafo finlandés, Jouko Alestalo, quien definió el termino Dendrogeomorfología como el análisis de los procesos geomorfológicos a través del estudio de las anomalías de crecimiento de los anillos de árboles; es decir, se integra el estudio de las plantas a la investigación sobre origen, evolución y temporalidad de las formas de relieve. Las investigaciones dendrogeomorfólogicas se basan en el concepto "proceso-evento-respuesta" que fue definido en 1978 por el Geólogo Shroder (Figura 1). El "proceso" está representado por algún tipo de proceso geomorfológico, por ejemplo, un flujo de escombros, caída de rocas o deslizamientos. En el caso de un "evento", el proceso geomorfológico afectará a un árbol, el cual reaccionará ante la perturbación con un crecimiento determinado, llamado "respuesta". Es decir, los árboles pueden estar dañados, sus tallos inclinados, la base del tallo enterrada, su corona y ramas rotas o sus raíces denudadas y todas estas acciones modificarán el crecimiento de los árboles, lo cual se expresa en la geometría de los anillos de crecimiento de los árboles (Figuras 2 y 3).

Figura 1. Concepto “proceso-evento-respuesta”

 

Figura 2. Algunas respuestas de los árboles a eventos

 

Figura 3: A) Deslizamiento; B) Árbol inclinado y con curva en el tallo. C) Cicatriz en el tallo. Todas las fotografías fueron tomadas en el Pico de Tancítaro, Michoacán por Teodoro Carlón Allende

En ocasiones los procesos que se desarrollan en una forma de relieve pueden convertirse en evento natural inesperado o incontrolable de magnitud inusual que puede amenazar a la gente, es decir, es una fuente de daño potencial o una situación con un potencial para causar la pérdida de vidas humanas, recursos naturales o infraestructura. Debido a que en los anillos se registra la edad del evento (cicatriz causada por la caída de la roca), es posible conocer cuándo sucedió el evento y la frecuencia de ocurrencia de los eventos, por lo que es viable determinar cada cuando este tipo de eventos se repite y la magnitud de los eventos. Los datos generados en este tipo de investigación permiten contribuir en la elaboración de planes de manejo y reducción del riesgo asociado al peligro (Figura 4). Finalmente, queremos mencionar que la comprensión de los procesos geomorfológicos y el conocimiento de eventos pasados son tareas importantes para la evaluación de peligros y que el estudio de anillos de los árboles ha demostrado ser una herramienta confiable para la adquisición de datos sobre eventos y de peligros geomorfológicos del pasado que puedan ayudarnos a generar estrategias de prevención de posibles peligros actuales y futuros. En todo trabajo geomorfológico es necesario que sean identificados estos procesos a partir de una revisión cuidadosa de la cartografía geomorfológica, la interpretación de fotografías aéreas y consulta de los archivos históricos.  

Figura 4. Red de contención de caída de rocas en un sendero en Grouse Mountain, North Vancouver Canadá. Fotografía tomada por Manuel E. Mendoza.