Evidencias arqueomagnéticas del colapso de Plazuelas durante el Posclásico Temprano

Autor: Alejandra Guadalupe García Pimentel, estudiante de doctorado del Posgrado en Ciencias de la Tierra, en el Instituto de Geofísica Unidad Michoacán (IGUM, UNAM).

Los artefactos arqueológicos expuestos al fuego poseen una magnetización remanente que, en determinadas condiciones, permite obtener información sobre la dirección del campo magnético terrestre (CMT). Dicha magnetización termorremanente también puede proporcionar datos de intensidad absoluta del CMT, lo que hace que la datación arqueomagnética sea mucho más exacta y precisa. Los datos arqueomagnéticos representan la mayor fuente de información para conocer las variaciones temporales experimentadas por el CMT durante los últimos milenios, a excepción de los últimos cuatro siglos en los que se han recuperado registros magnéticos directos de observatorios geomagnéticos. Las curvas de variación paleosecular a escala regional construidas a partir de datos de intensidad direccional y absoluta describen las fluctuaciones del CMT a lo largo de los últimos milenios y también pueden utilizarse como herramienta de datación arqueológica. Se han propuesto modelos globales del CMT utilizando datos de materiales arqueológicos, lavas y registros de sedimentos lacustres. Sin embargo, el uso de las curvas geomagnéticas locales se considera el mejor enfoque para describir las características finas del campo geomagnético a escala regional.

El arqueomagnetismo ha sido empleado con éxito en México principalmente desde 2015, haciendo grandes contribuciones esencialmente en las áreas teotihuacana y maya. Sin embargo, muchos complejos arqueológicos de gran importancia arqueológica localizados en el centro y norte de México permanecen poco estudiados. El sitio arqueológico de Plazuelas representaba un excelente objetivo arqueomagnético debido a las estructuras in situ completamente quemadas y enfriadas por las altas temperaturas.

Una campaña de muestreo arqueomagnético permitió recoger ocho muestras de piso quemado en el sitio arqueológico de Plazuelas (Fig. 1), de las cuales siete estaban orientadas in situ. Tres muestras al norte del complejo de Casas Tapadas (Sitio I), dos al oeste de Casas Tapadas (Sitio II) con una muestra adicional no orientada para paleointensidad y dos más en el sector sur (Sitio III). Las muestras fueron trasladadas a las instalaciones del Servicio Arqueomagnético Nacional (SAN) del Instituto de Geofísica de Morelia, Michoacán.

Figura 1. Sitio arqueológico de Plazuelas (Guanajuato, México) y la ubicación de los sitios de muestreo. Imagen: cortesía de la autora, con Foto original de Díaz, 2020).

La datación arqueomagnética, basada en vectores geomagnéticos completos, se realizó utilizando los modelos geomagnéticos globales y las Curvas de Variación Paleosecular regionales disponibles para Mesoamérica. Los intervalos de edad más probables obtenidos para el piso quemado del Sitio I (Casas Tapadas Norte) están dentro del intervalo 744 d.C – 972 d.C. En el caso del piso quemado del Sitio II (Casas Tapadas Oeste), las edades obtenidas están dentro del intervalo 752 d.C- 971 d.C. En el caso del piso quemado del Sitio III (Sector Sur), las edades obtenidas se sitúan en el intervalo 752 d.C. - 969 d.C. El cálculo de los intervalos de edad más probables, realizado mediante el método de remuestreo Bootstrap, proporcionó las fechas de 940 ± 6 d.C., 896 ± 14 d.C. y 883 ± 14 d.C., respectivamente.

Plazuelas pertenece a la frontera septentrional mesoamericana que alcanzó su apogeo entre los años 600 y 900 d.C. El sitio colapsó repentinamente durante el Posclásico, pero no se disponía de datos cronológicos absolutos que apoyaran dicha afirmación. Las edades obtenidas en este estudio coinciden totalmente con el intervalo 750 – 1100 d.C. el cual ha sido señalado por los arqueólogos como el periodo de despoblamiento durante el Posclásico Temprano, por lo que puede proponerse, que los resultados obtenidos representan la temporalidad absoluta durante la cual el sitio arqueológico de Plazuelas fue desocupado por los grupos ahí asentados alrededor de 300 años.

Durante los trabajos de excavación del complejo de Casas Tapadas, el arqueólogo Carlos Castañeda señaló evidencias de destrucción intencionada "…la mayoría de los sótanos fueron completamente demolidos, las esculturas fueron mutiladas, y finalmente todo fue incendiado… ". El sitio nunca volvió a ser habitado, quedando cubierto de tierra y vegetación, olvidado en la memoria de los pueblos. Los resultados de este estudio arqueomagnetico permitieron obtener el intervalo de edad absoluto, alrededor del año 900 d.C., como la última exposición al fuego que marcó el colapso del sitio arqueológico de Plazuelas.

Se han identificado eventos de fuego generalizado en diferentes sitios arqueológicos ubicados en la frontera norte mesoamericana; sin embargo, se cree que, en el caso de Plazuelas, probablemente ocurrieron como resultado de guerras y conflictos entre los grupos que habitaban la región, como lo evidencia el grado de destrucción intencional. Otros sitios arqueológicos de la frontera norte mesoamericana, también ubicados en el estado de Guanajuato, como El Cóporo, fue incendiado de manera generalizada, pero no se observaron rastros de destrucción intencional. Así que se propuso un ritual de abandono mientras el sitio estuvo habitado por grupos sedentarios durante el Posclásico Temprano. A diferencia de El Cóporo, Plazuelas permaneció en ruinas hasta la llegada de los españoles.

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