Para Andreu Escrivà, ambientólogo español y articulista del periódico El País, el concepto de sostenibilidad ya no sirve como brújula para el futuro. En nuestros días, la sostenibilidad es un término que ha ganado popularidad, se utiliza para indicar un rumbo o como adjetivo que acompaña a algunos selectos productos de mercado y, a la vez, resulta un concepto vago o difuso.

Este libro tuvo su origen hace poco más de una década y en sus páginas podemos constatar un amplio coro de voces, testimonios y relatos que se han tejido, desde la academia y la esfera pública, en torno a la sostenibilidad. El autor señala a los países del Norte Global como los responsables de impugnar la sostenibilidad pues son ellos quienes aún conducen el destino del mundo. Con el pretexto del desarrollo sostenible se perpetúan estructuras extractivistas, relaciones de poder neocoloniales y un paternalismo ecológico, escribe el ambientólogo.
Escrivà es honesto y claro en su escritura. Reconoce sus propios sesgos como autor joven, hombre europeo y de clase media. Las fuentes que utiliza en algunos capítulos son mayoritariamente masculinas y su perspectiva es occidentalizada. Son muchos los motivos por los que el autor escribió este libro dirigido a un público amplio y dispuesto a entender este concepto tan popular en nuestros tiempos, tanto que existe una agenda internacional con 17 objetivos que deberán alcanzarse al finalizar la década actual. Lo sostenible significa fundamentalmente cuidar al planeta, preocuparnos por que algo se mantenga a lo largo del tiempo. El autor asegura que mientras la sostenibilidad es una palabra maleable, apropiable y trivializada, la insostenibilidad es claramente aquello que no se puede mantener, por lo que el concepto tiene sentido sólo cuando se expresa en negativo.
El libro reúne una serie de autoengaños, trabas y lugares comunes que nos impiden reconocer el problema complejo que, “paradójicamente”, - seguimos sosteniendo. El libro consta de tres partes y tres breves epílogos. En la primera parte se exponen las razones de escribir “Contra la sostenibilidad”, el origen y el camino que ha recorrido el autor para pensar en colectivo este concepto. Una de las críticas centrales al término de sostenibilidad es que éste mantiene una especie de aura de paraguas del futuro, por lo que estamos postergando decisiones urgentes que nos atañen hoy, dejándolas a las generaciones futuras o las décadas venideras.
La segunda parte presenta argumentos que permiten cuestionar las principales ideas y discursos vinculados a lo sostenible. En catorce apartados, el autor se posiciona en contra de la huella de carbono y de la energía que salvará el planeta; en contra de la dominación de la naturaleza, del catastrofismo e incluso en contra de la economía circular, un término de moda y ridículo, en palabras del economista Joan Martínez Alier. Escrivà concluye que la famosa economía circular no deja de ser una economía lineal con meandros pronunciados que es tan insostenible como la sostenibilidad.
La tercera parte del libro presenta lo insostenible, la importancia de nombrar lo desconocido, la conversación y el futuro. A lo largo del libro el autor se apoya de importantes referentes y datos para argumentar que el concepto actual de sostenibilidad actúa como un espejismo que nos desvía del camino. En resumen, el libro nos invita a cuestionar las distintas versiones de lo sostenible para intentar definir nuevos contornos de lo que deseamos para el cuidado de nuestro planeta y del bienestar de quienes lo cohabitamos.
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