
Dentro de la geografía moderna, uno de los exponentes de esta tradición es Richard Hartshorne, quien en su monografía Nature of Geography analiza el gran problema de las totalidades de un área desde todos los ángulos, y clarifica la asociación entre los estudios de área y la historia. Hartshorne define a la Geografía como "el estudio que busca proporcionar una descripción científica de la Tierra como el mundo del hombre". En resumen, el propósito de este tipo de estudio es caracterizar (describir) un lugar. La tercera tradición es la de sociedad-ambiente (man land en el inglés original) que tuvo entre sus primeros exponentes a Hipócrates , médico griego del siglo V a.C. En su ensayo Sobre los Aires, Aguas y Lugares, Hipócrates hace una reflexión sobre la salud humana y las condiciones naturales externas, y analiza la influencia del ambiente sobre las enfermedades. A través de los siglos, este enfoque sobre la relación entre la sociedad y su ambiente dominó a la geografía norteamericana durante el siglo XX, y se utilizó para estudiar los principales problemas ambientales que aquejan a la humanidad. Sin embargo, se presentaron visiones encontradas sobre estos asuntos, en particular visiones que criticaron un excesivo sesgo al ambientalismo y destacaron en cambio el papel fundamental de la actividad social. Dentro de los análisis más recientes, hay uno que sostiene que el hombre es un agente independiente y el ambiente un objeto de su actividad sobre el medio (Man's Role in Changing the Face of the Earth). Esta tradición mantiene su vigencia hasta el día de hoy, y son numerosas las investigaciones sobre cómo la sociedad interactúa con su ambiente. La tradición pasó entonces de postular que el ambiente domina la actividad social (determinismo geográfico) a revisar cómo el hombre modifica el espacio donde vive. Para finalizar, la tradición de ciencia de la Tierra es la más amplia , ya que abarca el estudio de la Tierra, las aguas, la atmósfera que circunda el planeta y la asociación entre la Tierra y el Sol. Esta tradición fue rejuvenecida por Varenio en el siglo XVII en su Geographia Generalis (Figura 2).
Figura 2. Geographia Generalis in qua affectiones generales telluris explicantur.
La geografía norteamericana universitaria, incluso fuera de los departamentos de geología estuvo muy sesgada hacia esta tradición. Geógrafos humanos, historiadores, sociólogos y otros académicos buscan la colaboración de esta tradición en la geografía y la reconocen como parte de las ciencias de la Tierra. Esta tradición destaca el concepto de la herencia geográfica, el de la Tierra como unidad, el único hábitat común de la humanidad. Las tres primeras tradiciones están más enfocadas a la geografía humana, al espacio como el lugar que puede ser modificado por el hombre o analizado desde diferentes perspectivas o componentes; la cuarta tradición está dedicada a la geografía física. El espacio como el lugar o ámbito donde la sociedad se desarrolla modificándolo de manera continua es la parte sustantiva de lo que estudia la geografía. El espacio, entonces, no sólo está en el cielo sino también bajo nuestros pies.