que cada vez nacen menos mexicanos?  

Por: Mario Martínez Salgado Unidad de Investigación sobre Representaciones Culturales y Sociales de la Coordinación de Humanidades, UNAM

 

 

  

Es cierto. De acuerdo con el INEGI, en 2015 se registraron 2,353,596 nacimientos, 550,793 menos que en 1994. No obstante, en el mismo periodo se incrementó el registro de nacimientos de madres menores de 20 años de edad.

 En las pasadas décadas México redujo de manera notable su fecundidad. En 1960 el número promedio de hijos por mujer era 6.8 y en 2015 de 2.2. A pesar de este continuo descenso, en los últimos años en el país se observa un aumento en las tasas de fecundidad a edades tempranas. Según el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), en 1997 el porcentaje de nacimientos registrados de madres menores de 20 años era 16.3% y en 2014 19.2%. Esta tendencia se observa en prácticamente todos los estados del país, aunque con diferentes niveles de fecundidad temprana y distintos incrementos en el periodo referido. Por ejemplo, en Michoacán este indicador pasó de 15.4 a 19.5% en el lapso de 1995-2012 (ver gráfica). 

Figura 1. Porcentaje de nacimientos registrados de madres adolescentes (menores de 20 años). Michoacán, 1995-2012. Fuente: Elaboración propia con datos del registro de nacimientos del INEGI. Consulta de datos: 22 de noviembre de 2016.

 

Más allá de la abstracción de la cifra, la maternidad a edades tempranas es un tema que preocupa. En México, parte de los esfuerzos realizados para estudiar este fenómeno se han centrado en la identificación de las condiciones que se asocian con su ocurrencia (Mier y Terán y Martínez, 2013) y en la compresión de los posibles efectos sobre las trayectorias de vida de las mujeres en etapas posteriores (Mier y Terán y Videgain, 2016; Llanes, 2014).

Entre los factores que se asocian con la ocurrencia, se destacan la falta de oportunidades educativas y laborales, un limitado (cuando no nulo) acceso a los sistemas de salud (métodos anticonceptivos), y un inicio temprano de la vida conyugal. La pobreza es un factor que se asocia con la ocurrencia, pero también con las consecuencias de una maternidad temprana (Azevedo et al., 2012). Además del riesgo a la salud que un parto temprano conlleva, otros impactos negativos sobre la vida de las jóvenes son el abandono escolar, acceso a empleos precarios y bajos salarios.

 

Lecturas recomendadas

Azevedo, Haddock y Müller, 2012, Embarazo adolescente y oportunidades en América Latina y el Caribe. Sobre maternidad temprana, pobreza y logros económicos, Banco Mundial, 173p.

Llanes, 2014, ‘Estar en la edad’. Re-significaciones de la maternidad adolescente en un contexto de alta migración: El caso de mujeres residentes en Tijuana, tesis de doctorado, El Colegio de la Frontera Norte, 276p.

Mier y Terán y Martínez, 2013, “Socioeconomic and Spatial Determinants of Fertility amongst Young Women”, conferencia presentada en la XXVII IUSSP International Population Conference, Busan, Korea.

Mier y Terán y Videgain, 2016, “Early parenthood and inequalities in family and work trajectories. Experiences of women and men in urban Mexico”, mimeo.

Saraví, 2009, Transiciones vulnerables: juventud, desigualdad y exclusión en México, CIESAS, México, 334p.